La trenza de cazar. El pelo del León. La caminata de Narval. La caída hacia la isla. El nacimiento de Morrón. El ave del Edén. Dentro del sendero. Un helado sabor melón. El varón vago. La vara en el canal. Abandono al rococó. Clasicismo en cada rincón. Rubor ante la furia. Tanto la sexualidad como el dinero resultan fascinantes para los niños. Yo también. Significa que el individuo es tan poderoso como el dinero y como la sexualidad. Yo también. Tanto rubor y tanto Groove y ahora me vienen a la memoria las olas del mar tal como las observaba yo un día concreto de verano de hace no muchos años, quizás dos, seguramente dos. Mi impresión era esta: es la primera vez que veo las olas. Antes ¿qué veía? Veía una arrogancia esplendida en forma de oleaje. Pero por qué con tanto esmero me perdía el caracoleo y la trenza del mar en la costa con su patatín y su patatán recordadores de abismos. Pues porque yo mismo estaba en una superficie milimét...
La niebla se espesaba a cada paso mientras de mi interior sentía salir una inminencia muy grande de creaciones literarias y plásticas –que constituirían el cuerpo de mi futura obra– como en un despliegue inaudito del tiempo en el que la literalidad y la realidad coincidían de una indistinta manera. El niño subnormal. Encuentra libélulas. Nace a la intemperie y en un arañazo vuelve oscura la tierra. Sobre sus ojos hay un humo que bota en nociones orquestadas como las ramas arman el árbol hacia sus límites. La fachada brillaba con las ventanas de cristales muy limpios. En una de esas ventanas debería aparecer en algún momento el hombre al que me pagaban por vigilar. No supe de sus intenciones suicidas hasta demasiado tarde. Me había atrevido a dar la vuelta a la manzana al observar provenientes del otro lado de la calle clientes de un puesto de bocadillos llenándose la barriga mientras yo seguía sin desayunar. Cuando regresé a mi puesto de vigilancia vi al sujeto con la cara r...